Empecé a correr como nunca lo había hecho, dejando mi chaleco y todo por el camino. Llegué la hospital y había una estrecha seguridad. Estaba demasiado nervioso, no sabía que hacer. Fui a recepción. - Donde esta mi hermana.....- pero la secretaria no respondió, me recorrí todo el hospital hasta encontrarla. Y ahí estaba...con una bata blanca, sudando...empezando a dar ala luz. Me quedé totalmente...shockeado, sin saber que hacer. Estaba entre el desmayo y la alegría absoluta. Me puse una bata y me coloqué a su lado, colocándola la mano en la mía y besándola. - S-s-s-s-s-s-s-sasu.....n-nuestro...- me quedé callado, viendo como sufría lentamente. Los médicos eran además anbus. Sin razón aparente, o que yo desconocía, este parto era muy importante.

Le mire sonriendo aunque el sudor rodeaba todo mi rostro. Apretando los dientes y el gesto en el momento en que mi hijo salió del todo. - Jajaja, ami me duele... Pero tu se lo vas a explicar a mamá..- Era impresionante como pese al sufrimiento seguía riendome de la situación en la que se iba a ver Sora-nii. Un anbu llevo a mi hijo hasta mis brazos y lo pude coger. - "¿Cómo se llamará...?" - Dijo esta, bastante fría. -Mizoru Kurama...- Dije mirando a su papa, perdiendo el conocimiento.

Al oír el nombre, no pude evitar sonreír como un loco. Todas las palabras de ella me hicieron sonreír. - N-n-no se que decir, sasu-nee...sobre nuestros padres...- tragué algo de saliva, viendo al niño. - Se tendrán que aguantar...- vi que ella quedó insconsiente. Mi sonrísa era como la de un bobalicón. - Nuestro hijo...- es precioso, sin duda. Es la cosa más bonita que ha dado conocer al mundo. Sus ojos...claros pero firmes a la vez. Y no lloraba, sino que abría sus pequeños ojitos. Me puse junto a mi hermana insconsiente, poniendo a nuestro hijo entre medias y rodeando a ambos con mis brazos. - Os amo...

Cuando desperté, estábamos ya en casa. Por algún extraño motivo que desconocía. Al mirar la ficha me di cuenta de que habían pasado unos tres días de aquello. Los médicos me advirtieron de aquello cuando había estado en el hospital. "Algo del niño" fue su única explicación.
Mi cuerpo ya se había recuperado por completo. Quizás por el chakra medico, quizás, dios sabe que. La habitación estaba a oscuras y yo solita en la cama, era la hora de comer. Por lo que seguramente mis dos amores estarían en la planta baja. Mama y papa estaban.de misión, sin embargo.riki y kira deberían estar en la casa. Tenía curiosidad por ver sus caras. Pero el silencio excesivo hacia que pensar que riki al menos no estaria. Me.puse descalza sobre el suelo mirando las zapatillas nuevas con cara de "yo no me pongo eso ni loca" me coloque el flequillo hacia un lado y caminé descalza escaleras abajo sin hacer apenas ruido. Llegue hasta la cocina, entrando a ella y apoyandome en el marco de madera de la puerta, dejando mi mano izquierda en el otro extremo.

Mi hermanito Sora y mi preciso bebé estaban allí. Sora estaba sentado en una silla con el pelo algo desordenado, cono siempre y un brillo de ilusión en sus ojos. Sostenía una cuchara con papilla y hacia diezmil tonterías para que mizoru se la comiese. Llevaba el torso.al descubierto, y algo manchado de papilla. En la silla de al lado se observaba.su camiseta completamente manchada.
No se habían.dado.cuenta de mi presencia hasta aquel momento. Cuando no pide evitar que se me escapará una risa divertida entre la sonrisa. -Jajaja, hola pa...-Centre mi vista en sora, le amaba tanto... Le necesitaba tanto... Mizoru estaba junto a el nuestro niño... Estaba muy grande, no me sorprendía... A eso sería a lo que se referían las enfermeras...

Aunque el bebé me desquiciase ya por momentos...sonreía como nunca. El bebé había traído alegría a la casa, al lugar, a nuestro corazón. Mi hermanita ya llegaba dormida algunos días...y ser madre y padre a la vez era algo difícil. La situación actual era algo irritante...el bebé no comía, no quería la comida que le asignaron en el hospital, así que me dediqué a hacer cosas como aviones con la cuchara para que cayese un poco en la trampa y comiese. Pero al parecer la intenligencia la heredó por parte de los dos. No cedía, era un cabezota. Mi sonrísa cada vez se marcaba más...y cada vez más mis ropajes y mi cuerpo estaba lleno de papilla. Oí algunos pasos. Sólo estaba Sasu en casa, pero preferí a ver que era ella realmente. La vi. - S-sasu...- murmurré, viendo al bebé y luego a ella de forma continua. Fui corriendo hacia a ella, abrazándola con todas mis fuerzas. - M-me preocupaste...- tragué algo de saliva, queriendo ponerme en situación. - ...mamá...- reí algo, llevándola a una silla junto a la mía. El bebe estaba algo manchadito. - Es...nuestro...- me sonrojé bastante, me puse a pensar en los momentos juntos, en que...- Ahora somos una familia...- sonreí más abiertamente, agarrándola de la mano. - ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre? ¿Tienes algún capricho? - dije muy alterado y rápidamente. Estaba realmente preocupado. Pero la miré a los ojos y me transmitió una extraña calma y paz. Me calmé, cogiendo al bebe y poniéndomelo en frente de espaldas, colocándolo muy, muy cerca de su mami. - Di hola Mizoru...- el bebe se sonrojó muy poco y dijo algo. - ñañaña....

Sora estaba hermoso y muy mono tan estresado e ilusionado a la vez. Era un perfecto papa, un perfecto papa, y mi chico perfecto. No pude dejar de sonreír muy dulcemente viendolo. Sin poder evitarlo, cuando estaba haciendo tantas preguntas le interrumpi besandole los labios con mucha suavidad acariciando su hombro. -Calmate anda... Estoy bien...- Le susurre mirándole ilusionada, mientras que veía a mizoru hacer tonterías. -Hola mi vida...- Le salude. El me tendía los brazos abriendo la boca y mirandome algo llorica -Ahhh...ah...ah- le mire con curiosidad. Al parecer no estaba comiendo. Después de todo era un bebe. Demasiado pequeño para alimentos tan sólidos. Le cogí en brazos sonriendole. -Quieres comer cariño?- El niño asintió acurrucandose en uno de mis brazos. Sonreí quitandome la camiseta y acercandome un poquito a el. -A comer... Ves sora si es que no sabes...- Saque uno de mis pechos y el niño comenzo a beber mucho con los ojos cerrados.

Mi expresión cambió a algo...parecido a celos. Me di la vuelta, algo molesto. - Hmpf. Soy buen padre! - alcé un poco la voz, no mucho para no molestar a nuestro bebe. - Simplemente...yo...eh...- me di de nuevo la vuelta, mirandola fijamente. - A-a-ademas...- bajé mi mirada instintivamente a sus pechos. - Son mios...- se me cayó un poco la baba. Bastante, diría yo. Hacía mucho que no comía de verdad nada, y...- Hace mucho que no te toco ni les veo...- me agaché un poco, buscando el otro pecho de ella. - Quiero...- imité la voz de un niño chico, besando primeramente el pezón. Y luego subí hasta los labios de mi hermanita, besandola con intensidad y algo de timidez. Mi cara estaba completamente roja. - Ñ-aña....mi...e-esposa...- susurré lentamente, bajando otra vez y mordisqueando alrededor del pezón. Lo agarré con mis labios seguidamente y lo metí dentri de mis labios, empezando a absorber de manera lenta leche del pecho, haciendolo muy instintavamente, de manera lenta y provocativa, para hacerla sentir placer y tentación. - Rica...- decía mientras bebía.

El niño se había quedado dormidito con los labios llenos de leche, así que aparte a "ambos" llevandome al niño a la habitación. Me sentí bastante aliviada de alejarme un poco de sora, me había editado mucho con sus actos. Desvie mi mirada, tumbandome sobre la cama. El niño estaba en la cunita, tapadito y yo intentaba calmarme de la imagen de su papa tan sexi...

Hinché mis mofletes, mirandola como se iba y mi boca estaba manchada de su leche. - Tsk. - me molesté un poco, por la manera tan brusca de irse y sin dirigirme la palabra. Fui a la habitación del niño, entrando y apoyandome en su cunita. Se me quitaron todas las penas, verle tapadito y cuidado por su hermosa madre...- Ña...- sonreí bastante. Sentándome al lado de mi hermanita. La miré y la rodeé con mis brazos, aprtándola lentamente contra mi cuerpo. - Es hermoso...y tú más...tiene la mejor madre del mundo...- la picó la nariz. - Y yo la mujer mas guapa del universo...

Sora... estube pensando... ¿Por que no dejamos todo esto? ... Tu siquiera sabes quien es tu Padre igual que yo mi Madre... todo por los estupidos clanes que todo el mundo valora tanto en las guerras... Quiero que mi hijo crezca como quiera, y no contenido por lo que diran de sus clanes... ¿Que dices...? -Le mire algo timida- Ademas... no quiero que te pase nada.... -Agache mi cabeza un poco-

No pude reaccionar...Mi hermanita...Mi.mujer...mi..esposa..mi..novia...- Esto...- esbozé una gran sonrísa, casi sin seguir reaccionando. Estaba feliz, lleno de vida...nuestro hijo y nosotros, totalmente solos, escluidos de todos los problemas sobre clanes, ninjas y guerras. Asentí, agarrándola en brazos de forma repentina. - ¡Vámonos!