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 pacteando con serpientes

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minato namikaze

Gennin

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minato namikaze


Especialidad Básica Taijutsu
Aldea Oculta Aldea de la Hoja
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MensajeTema: pacteando con serpientes   pacteando con serpientes I_icon_minitimeJue Nov 15, 2012 3:24 pm

Desperté aquella mañana en vuelta en sudor, había soñado con mi madre, aquella Uhicha que tanto había forzado mi entrenamiento, parecía querer obligarme a realizar uno de sus deseos incluso después de muerta. Maldita bruja, no me dejarás ni después de muerta... me dije a mi misma incorporandome en la cama. Me quede recordando lo que había soñado, llevaba tiempo soñando con eso, no debía de esforzarme absolutamente nada para recordar lo que había soñado, lo tenía gravado en mi cabeza como si me lo hubiesen gravado con fuego.

Era un día lluvioso en Konoha, algo totalmente extraño, el cielo parecía llorar por algún motivo, aquellas gotas de agua golpeaban el suelo con fuerza. Observaba aquel paisaje desde la ventana de mi habitación, como siempre mi madre estaba ocupada con sus asuntos de Hyuuga, llevaba varios días sin verla, cosa que me alegraba, estar con ella era demasiado problematico y nada divertido, sólo me obligaba a entrenar para ser una gran Hyuuga, lo demás no importaba, había sangrado miles de veces mientras entrenaba, me había hecho entrar en genjutsus completamente devastadores con el sólo deseo de que despertarse mi Sharingan y no paro hasta que lo logro. Mientras dejaba mi mente vagar alguien entro en mi habitación, gire mi cabeza hacia la puerta y vi a mi madre, sabía lo que se acercaba. ¿Que deseas madre? le pregunte con total respecto y miedo. Mi madre no dijo nada y me agarro por mi brazo y me saco a arrastras de mi casa, sin dejarme ponerme ropa de abrigo para protegerme de la lluvia. ¿Dónde vamos madre? le pregunte preocupada de que fuese capaz de dejarme sola en cualquier lugar. Sin decir nada me llevo al bosque de la muerte y una vez allí me solto de forma brusca haciendome caer sobre el suelo mojado y lleno de fango. Deja de vagear, sólo te interesa ver la lluvia desde tu cuerta. Menuda desgracia caera sobre los Hyuuga si yo muero y quedas tu de lider dijo mi madre con desprecio en su rostro. Me alegré de que la lluvia mojase mi rostro, así ocultaba las lagrimas silenciosas que surcaban todo mi rostro, no habia nada que pudiese hacerme más daño que aquellas palabras de mi madre, no llegaba a entender por qué motivo me trataba así cuando yo era su única hija. Levantate, maldita vaga....voy a mostrarte el poder de una verdadera Kunoichi dijo mi madre que pare mi sorpresa se hizo un corte en su pulgar y comenzó a hacer sellos con sus manos, sellos que no reconocí como una técnica Hyuuga, más bien todo lo contrarío, no tenía ni idea de que era aquellos sellos. Tras terminar los sellos la colocó en el suelo y apareció una cortina de humo, tras desaparecer dejo a la vista una pequeña serpiente blanca que rápidamente se enrollo en el cuerpo de mi madre, la observe asombrada no sabía como había llegado aquella serpiente allí. Esta es Hebi Shirudo, es parte del pacto de la sangre con las serpientes, si alguien me atacase justo ahora no debería ni moverme, ella me ayuda a mudar mi piel como ellas mismas hacen y evitar así mi ataque explico mi madre mirando a aquella serpiente con dulzura, aquello me dejo asombrada mi madre jamás me había mirado con ese rostro a mi. Es un pacto que tu misma debes aprender, hay muchas serpientes, por no hablar de que hay una serpiente enorme y poderosa dijo mi madre mirandome y haciendo desaparecer su serpiente y haciendo de nuevo aquellos sellos e hizo aparecer una serpiente completamente enorme, demasiad grande, mi madre se encontraba justo en la cabeza de aquella serpiente. Esta es Manda, es mi compañera mas leal, confio en ella más que en nadie. dijo mi madre mirandome desde la altura. Manda, esta niña es mi descendiente más proximo, algún día la dejare que el pergamino para que te invoque dijo mi madre evitando usar la palabra hija, parecía repugnarle decir que yo era su hija. ¿Esta mocosa será mi nueva dueña? pregunto la serpiente, aquello ya era demasiado para mi, aquella serpiente hablaba...era demasiado raro, por no decir que la acababa de llamar mocosa. Manda, aunque no te guste ella tendrá el pergamino, pero si cuando te llame no te gusta.....cometela por completo aunque dudo que para tí signifique nada le dijo mi madre de forma tranquila. Seguramente me vea obligado a comermela en algún momento dijo Manda antes de desaparecer dejando a mi madre en el suelo. Cuando yo muera más te vale que selles el pacto o prometo que no te dejare descasar me dijo caminando de regreso a la aldea dejandome sola bajo la lluvia. No entendía como mi propia madre era capaz de hacerma algo así a mi....era su hija, la única que tenía
Deje mis pensamientos y recuerdos de lado y salí de mi cama para comezar a prepararme para otro día más como Hokage, estaba algo cansada de aquello, no le gustaba estar sentada en aquella oficina, pero era la única forma posible de proteger Konoha. Me dí una ducha refrescante, esperando apartar completamente el recuerdo de mi madre de mi mente, pero más bien todo lo contrarío al sentir el agua caer sobre mi la recordaba aun más, no dejaba de pensar en aquella enorme serpiente, Manda, y me preocupaba a mi misma si me comería nada más invocarlo, quería saberlo, de modo que salí de la ducha y comencé a secarme dispuesta a ir a buscar el pergamino de mi madre. Tras estar completamente vestida salí de mi habitación acompañada de mi serpiente, iba a ir al santuario de los Hyuuga, donde mi madre había ocultado todo y donde sólo yo podría entrar. Camine por la calle, estaba lloviendo pero era una lluvia suave para nada molesta. A cada paso que daba me encontraba menos segura de mi desición, mi madre había sido una mujer completamente diferente a mi, era demasiado poderosa y fría como aquella serpiente, seguramente debería de enfrentarme a esa serpiente para hacerla ver que era tan capaz como mi madre de controlarla por completo y sin necesidad de castigarla con tanta frecuencia como sin duda mi propia madre lo hacía. Por fin llegue al santuario de los Hyuuga, hacia años que no entraba allí, jamás había sentido la necesidad de entrar allí, buscando un recuerdo más bien había evitado entrar allí, no deseaba ver nada de su madre. La lluvia caía sobre mi mojandome por completo, de nuevo el agua surcaba todo mi rostro, pero por suerte no tenía lagrimas esta vez en el rostro, no tenía nada que le hiciese daño, sólo deseaba demostrarme que era capaz de superar a mi madre sin dañar como ella dañaba a los demás, dio un paso hacia la puerta cuando pudo oír un trueno que partió el cielo por la mitad iluminando la aún oscura Konoha, suspire y mire el cielo dejando que esas gotas de agua mojasen aun más mi cara mientras mi serpiente se encaminaba antes que yo a aquel santuario.
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MensajeTema: Re: pacteando con serpientes   pacteando con serpientes I_icon_minitimeJue Nov 15, 2012 3:27 pm

Comencé a andar acercándome cada vez más a aquella puerta que tanto odiaba, siempre había evitado aquel lugar, sólo había entrado cuando mi madre me había obligado para mostrarme algo, ya fuese una técnica o un documento importante. Cuando estuve cerca de la puerta comencé a realizar una serie de sellos de forma rápida para que la cerradura de aquella enorme puerta sediece, cuando lo hizo empuje la puerta con mi mano haciendo que aquella puerta chirriase debido a que no había usado en años, nada más abrir la puerta me llego un olor a humedad y polvo, aquel lugar estaba en una situación decadente en cuanto a limpieza se refería, pero sólo la líder podía entrar y yo no estaba dispuesta a entrar siempre. Entre y comencé a andar hacía la sala principal donde sabia que estaban todos los documentos de los Hyuuga, mi madre debía de haber guardado el pergamino allí. Comencé a buscar el pergamino de forma rápida quería salir de allí cuanto antes, no deseaba estar allí, demasiados recuerdos dolorosos, tras un rato lo encontré, estaba cubierto de polvo, suspire y tras tomarlo entre mis manos salí de aquel lugar acompañada de mi serpiente sin olvidar cerrar aquella puerta de nuevo con los sellos correspondiente. Aun seguía lloviendo, aquel día iba a ser exactamente igual que la primera y única vez que vi a Manda, camine con paso tranquilo hacía el bosque de la muerte, allí iba a ocuparme de aquella invocación y la iba a obligar a ayudarme. El bosque estaba completamente vacio como de costumbre, no había nadie que desease estar en aquel lugar, por lo que era el lugar idóneo para entrenar si ser molestado. Me senté bajo un árbol sin importarme para nada llenarme de fango la ropa, al fin y al cabo ya estaba completamente mojada y comenzaba a sentir mi cuerpo completamente frío, sin pensármelo dos veces me realice un pequeño corte en mi dedo pulgar y realice los mismos sellos que había usado mi madre aquel día, y coloque mi mano en el pergamino, surgió una pequeña cortina de humo y apareció la serpiente blanca que mi madre había invocado en primer lugar, era Hebi shīrudo la serpiente alvina que rodeo mi cuerpo rápidamente, aquella sensación me fue realmente extraña a pesar de ir siempre acompañada por mi serpiente jamás había sentido tanta frialdad en el cuerpo de otro ser como en aquel. La mire y le dedique una sonrisa antes de hacerla desaparecer, ella si me había aceptado como su nueva dueña, pero aún quedaban muchas más y la peligrosa Manda. No me resulto difícil invocar a Hebi no akachan, Hebi no hensei y Hebi genso. Ahora era el momento de comenzar con aquellas invocaciones más grandes y poderosas, debía de concentrarme más o aquellos reptiles la atacarían sin dudarlo un segundo y seguramente me viese en problema, de modo que tome aire y comencé a hacer los sellos oportunos y con asombro pude ver que aparecieron tres enormes serpientes, conocidas como Kyōdai wa hachūrui no saidan, me acerqué con paso lento a ellas intentado mostrar respeto por primera vez en mucho tiempo, para mi asombro aquellas enormes moles se comenzaron a mover de forma rápida hacía mi, me tense completamente sin saber que iba a pasar si me iban a atacar o no, pero para aumentar más mi asombro pude ver como aquellas serpientes me rodeaban de forma protectora y me dejaron acariciar la piel de estas que desaparecieron tras darles las ordenes, ya sólo me quedaban dos más, y una de ellas era Manda, suspire algo preocupada por eso, realmente no quería ver a esa enorme mole. Me concentre de nuevo y realice los sellos de forma aún más rápida y me quede anonada al ver a una serpiente con tres cabezas tan enorme como una aldea, era Kyodaina hebi, se decía que a pesar de su aspecto era una de las invocaciones más fieles del pacto, tanto que acabaría con cualquiera que su invocador le ordenase, iba a hacerme de gran utilidad. Tras hacerla desaparecer me di cuenta que ya sólo quedaba ella, Manda. Me concentre preparada para todo, sabía que aquella serpiente podría ser tan arrogante como mi madre, debía de convencerla pero tenía una idea, en arrogancia mi madre y yo eramos muy parecidas. Realice de nuevo todos los sellos y tras colocar mi mano sobre el suelo apareció Manda, tan enorme como recordaba, nada más invocarla me golpeo con su cola y me hizo golpearme con un árbol. Me coloque bien mirando a aquella serpiente Eres lenta para ser un Hyuuga comentó Manda con desprecio absoluto hacia mi No sé cómo te atreves a invocarme si seguramente no tengas ni el Sharingan, no eres para nada tan fuerte como tu madre. Manda disfrutaba ridiculizándome, pero no debía de caer en eso, si la dejaba ganar no podría controlarla, de modo que con mi tranquilidad propia y mi arrogancia me acerque a ella. Cierto no soy como mi madre, soy mejor...sólo tengo veinte años y ya soy la Hokage, logre el Sharingan de tres aspas siendo más joven que mi madre y soy más hermosa que mi madre…y tu me trataras mejor que a mi madre dije de forma arrogante activando mi Sharingan de tres aspas. Para mi sorpresa Manda no me golpeo, más bien se puso a reír fuertemente, alce mi ceja sin entender de qué diablos se estaba riendo cuando comenzó a hablarme de nuevo. Una cosa es segura, eres más arrogante que tu madre, dime tu nombre dijo Manda agachándose hasta quedar tendida por completo en el suelo pero aún así su cabeza era más alta que yo. minato namikaze Hyuuga de Konoha dije alzando mi barbilla sin dejarle ver a Manda mi miedo hacía ella. Me gustas minato, arrogante y poderosa como tu madre, sólo espero que no termines igual o yo mismo te comeré me dijo Manda, pude ver la verdad en sus ojos, me comería si alguien llegase a dejarme casi muerta en un combate, sólo pude asentir con la cabeza y hacerla desaparecer. Lo había logrado, pero sabía que aún quedaba el modo Sabio aunque Manda no me había dicho nada aún. Seguramente sólo me lo diría al mostrarle que era digna de llegar a ese estado. De este modo regrese a Konoha para realizar mis obligaciones como Hokage. Mientras andaba de regreso pude notar como una sonrisa se dibujaba en mi cara, poco a poco estaba alcanzando el nivel de mi madre y la iba a superar, en todos los sentidos incluso en persona, no iba a tratar mal a los demás miembros de mi clan ni a forzarlos a despertar sus sharingan a no ser que ellos mismos me lo pidiesen, que entonces en ese momento, no tendría ningun derecho a negarme a no ser que viese que esa persona no lo iba a lograr de ninguna forma y pusiese su vida en peligro. Pensé en lo que le había dicho a Manda, le había dado permiso de comerme si lo veía oportuno, solté una carcajada, era algo extraño, ya sabía como iba a morir, me iba a comer una serpiente enorme, pero aquello no me importo para nada, tenía unas poderosas aliadas que me serían fiel hasta el final, aquello me alegro. Nada más entrar en mi oficina me senté en mi sillón y me sentí realmente cansada, demasiadas invocaciones para un sólo día, ni yo misma aguantaba aquel gasto de energia, pero podría soportarlo cuando mi cuerpo se acostumbrase a ellas.
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