*Pasando por mi antigua aldea,vi aun chico inflándose a dulces*Se te van a caer las muelas chaval!*dije en tono burlón,mientras derrepente vi que salía por patas a toda mecha y sin frenar.Decidí seguirle,a lo que vi aun hombre misterioso a lo lejos*No me digas que es el...*sin duda era él.¿Quién si no vestiría ésa túnica negra con nubes rojas y un parche en el ojo?*..Eres tú,eh Zero? *dije mirándole a los ojos,mientras activaba el sharingan*

Llegué y vi a aquellos tres sujetos, la verdad es que mi interés se redujo a menos cuarenta y siete al ver que ninguno de los sujetos tenía los pechos grandes, ni si quiera eran mujeres, así que pasé de largo. -Buenos días.- Dije saludando con la mano, antes de alejarme de ellos de nuevo, había que ser educado después de todo... A pesar de que eran gente rara.

*Agaché la mirada para no mirar su ojo maldito,si lo hacías estabas perdido,preferí agachar la mirada mientras escuchaba sus palabras.Tú fuiste quien me mandó matar a la madre de Tifa!,dime.¿Porqué hiciste éso?¿Acaso ella era 1 mala persona? Después escuché las siguientes palabras que provenían de el y me gire para ver lo que había a nuestras espaldas,quedé sorprendido al ver que era Zero..pero a la vez no lo era.¿Qué deberíamos hacer? en el estómago de cada 1 yacía la persona más querida para cada 1.tsk...Esto no me gusta nada..*murmuré,después observé la acción de Near,él no pudo atacar al clon debido a que en el estómago de éste yacía la cara de su madre.Me eché un paso para atrás e intenté pensar un plan alternativo,nadie de los que ahí nos encontrábamos podíamos atacar a ésos clones,por lo tanto..¿Qué debíamos hacer?,éso pensé durante unos cuantos segundos.tsk..será mejor que cambiemos de adversario,será más fácil.¿No creéis? *Dije mirando a los lados a cada 1 de ellos*

Ignoraba por completo las palabras del flipao mascaritas, pero la verdad es que mi paciencia ralló el límite cuando me mencionó... ¿Acaso me conocía? Sus afirmaciones terminaron por hacerme reir... ¿Un trauma? ¿Mi fetiche era malo? Ese hombre no tenía ni idea, esa era mi forma de vivir... Nada me había impulsado a ser lo que soy y sinceramente, me gustaba mi vida. -Alguien como tú, mascaritas, nunca podrá saber lo que opino de mi vida.- A la espalda de cada uno apareció algo, sinceramente no tenía ni idea de quienes eran aquellos tipos... Y cada vez me importaba menos, cuando me giré, pude ver una especie de clon, con una cara en el estómago, en mi caso era una cara peculiar, la persona que más apreciaba en el mundo... Óderis. -¿En un cuerpo adulto? No me lo trago.- Mi espada pronto se incrustó en la frente de Óderis, con el filo hacia arriba, atravesándolo y ascendiendo para partir por la mitad a aquel clon... Era yo, una persona sin escrúpulos, que trabajaba sola por sí mismo y para sí mismo. -No te atrevas a mancillar su existencia, mascaritas.- La espada que había atravesado al clon, brillaba con gran intensidad, no era solo chakra, si no que era una luz bastante intensa.

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